lunes, 1 de mayo de 2023

Despertar en la consciencia

 Fibproducciones

Apoyando el arte y la creatividad 
presentan 

Despertar en la Consciencia 
Lunes y Miércoles 

13Hras Venezuela 
14Hrs Argentina 
19 Hrs España 


Conducido por Nofler 
desde Galicia - España 
Twitter: @nofler8 

Transmisión desde: 

Argentina  


sábado, 8 de abril de 2023

NACÍ LIBRE de Catalina Pastrana / Voz Manuel Navarro



NACÍ LIBRE

Autor: Catalina Pastrana

Nací libre, y al respirar la libertad

comprendí que era bello vivir.

Vivir aferrada a la verdad que comprende mi existencia

en la infinita medida de todo el universo.

Nací libre, y amé la libertad.

Amé la libertad como el cóndor

en las nevadas alturas de los Andes,

como el ave que cruza en el espacio

y que desciende en paz

para posarse entre las copas de los árboles.

Nací libre, en esa dimensión del ancho cielo

y en esa inmensidad del mar abierto.

Libre tiene que ser mi pensamiento

para tocar los nublos, y para cortar el viento.

Quiero sentirme pluma, quiero sentirme ave,

desprenderme del suelo y cruzar por el espacio,

quisiera ser gaviota para extender los brazos

y sentirme en libertad en pleno vuelo.

Vivir en paz, y en esa libertad que el hacedor me ha dado.

Vivirla y repetirla a cada paso,

pero mi voz se calla…

¿Puedo hablar de libertad frente al hombre

golpeado por la estafa, y frente al engaño de palabra falsa?

¡Hablar de libertad cuando la justicia se pone en

las manos que le pagan, es algo que me cansa!

¡Hablar de libertad frente al ladrón que roba un mendrugo de pan,

es algo que me sangra!

¡Cristo Dios, no puedo sentirme libre

frente al cansancio de un hombre,

y en su inútil esfuerzo sobrehumano!

¡No puedo Señor, hablar de libertad

cuando el hambre se está convirtiendo en lágrimas!

¿Cómo hablar de libertad cuando el hermano

se transforma en fiera y ataca por la espalda,

por la mano parricida que la ataca?

¡Hablar de libertad cuando se pierden los valores

y las cárceles estallan, es algo que me amarga!

¿Alguien se siente libre cuando la razón se calla?

¿Cuándo se confabulan la fuerza y el poder para formar murallas?

¿Puedo sentirme libre cuando está dividida la sangre de mi raza,

y cuando el poderoso anula al miserable?

¡Qué triste es la libertad a ese precio,

y que desprecio a la libertad sin esperanzas!

¡Cómo hablar de libertad cuando el odio

comprende la dignidad del alma!

¡La pobreza humilla, y humilla la injusticia!

¡Pero nos sentimos libres!

Libres cuando la codicia ha puesto barreras que nos atan.

Nací libre, pero me siento atada…

quizá en la realidad sólo soy un mundo,

pero el instinto de libertad me lleva a las alturas,

a la brisa del mar, y a la húmeda espesura…

¡Me lleva a esa tibia oquedad donde el amor anida,

y donde el ave canta!

¡Quiero sentirme libre!

¡Libre como el cóndor para alcanzar las nevadas alturas de los Andes!

¡Quiero sentirme pluma, quiero sentirme ave!

¡Quiero ser gaviota en el silencio de todas mis palabras!


Contacto: 

Facebok: https://www.facebook.com/gisyborrador/

Twitter: @bnjamin_argumed

Poesía a La Carta

Voz: Manuel Navarro

https://www.youtube.com/watch?v=le4B5ec_Bec

Link⏬ Imperdible👇

Donde quieras que te encuentres

 http://radiosdecorrientes.com.ar

https://youtube.com/@RadiosdeCtes

http://fibproducciones.com.ar

https://youtube.com/fibproducciones

 https://music.youtube.com/playlist?list=PLv93gG7i-O0WfD_bEEs20zhoXTg0HyyLy





martes, 4 de abril de 2023

El cuervo”, de Allan Poe

 


“El cuervo”, de Allan Poe, publicado por primera vez en 1845, es uno de los poemas más famosos de la lengua inglesa, y famosa es también su versión al castellano, que conocemos sobre todo gracias a la traducción de Julio Cortázar.

Ambientado con una aureola sobrenatural, el poema –muy narrativo, se lee casi como un cuento– narra la visita de un cuervo al hogar de un amante en horas bajas que llora la pérdida de su amada Leonora y de la senda que emprende hacia la locura.  Esta obra está inspirada en el cuervo hablador de la novela de Charles Dickens Barnaby Rudge.

Este poema le dio a Edgar Allan Poe reconocimiento mundial, y desde entonces se ha venido reeditando una y otra vez.


EL CUERVO

Edgar Allan Poe

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,

mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,

inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,

cabeceando, casi dormido,

oyóse de súbito un leve golpe,

como si suavemente tocaran,

tocaran a la puerta de mi cuarto.

“Es —dije musitando— un visitante

tocando quedo a la puerta de mi cuarto.

Eso es todo, y nada más.”


¡Ah! aquel lúcido recuerdo

de un gélido diciembre;

espectros de brasas moribundas

reflejadas en el suelo;

angustia del deseo del nuevo día;

en vano encareciendo a mis libros

dieran tregua a mi dolor.

Dolor por la pérdida de Leonora, la única,

virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.

Aquí ya sin nombre, para siempre.


Y el crujir triste, vago, escalofriante

de la seda de las cortinas rojas

llenábame de fantásticos terrores

jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,

acallando el latido de mi corazón,

vuelvo a repetir:

“Es un visitante a la puerta de mi cuarto

queriendo entrar. Algún visitante

que a deshora a mi cuarto quiere entrar.

Eso es todo, y nada más.”


Ahora, mi ánimo cobraba bríos,

y ya sin titubeos:

“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón

imploro,

mas el caso es que, adormilado

cuando vinisteis a tocar quedamente,

tan quedo vinisteis a llamar,

a llamar a la puerta de mi cuarto,

que apenas pude creer que os oía.”

Y entonces abrí de par en par la puerta:

Oscuridad, y nada más.


Escrutando hondo en aquella negrura

permanecí largo rato, atónito, temeroso,

dudando, soñando sueños que ningún mortal

se haya atrevido jamás a soñar.

Mas en el silencio insondable la quietud callaba,

y la única palabra ahí proferida

era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”

Lo pronuncié en un susurro, y el eco

lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”

Apenas esto fue, y nada más.


Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,

toda mi alma abrasándose dentro de mí,

no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.

“Ciertamente —me dije—, ciertamente

algo sucede en la reja de mi ventana.

Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,

y así penetrar pueda en el misterio.

Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,

y así penetrar pueda en el misterio.”

¡Es el viento, y nada más!


De un golpe abrí la puerta,

y con suave batir de alas, entró

un majestuoso cuervo

de los santos días idos.

Sin asomos de reverencia,

ni un instante quedo;

y con aires de gran señor o de gran dama

fue a posarse en el busto de Palas,

sobre el dintel de mi puerta.

Posado, inmóvil, y nada más.


Entonces, este pájaro de ébano

cambió mis tristes fantasías en una sonrisa

con el grave y severo decoro

del aspecto de que se revestía.

“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,

no serás un cobarde,

hórrido cuervo vetusto y amenazador.

Evadido de la ribera nocturna.

¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”

Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”


Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado

pudiera hablar tan claramente;

aunque poco significaba su respuesta.

Poco pertinente era. Pues no podemos

sino concordar en que ningún ser humano

ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro

posado sobre el dintel de su puerta,

pájaro o bestia, posado en el busto esculpido

de Palas en el dintel de su puerta

con semejante nombre: “Nunca más.”


Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.

las palabras pronunció, como virtiendo

su alma sólo en esas palabras.

Nada más dijo entonces;

no movió ni una pluma.

Y entonces yo me dije, apenas murmurando:

“Otros amigos se han ido antes;

mañana él también me dejará,

como me abandonaron mis esperanzas.”

Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”


Sobrecogido al romper el silencio

tan idóneas palabras,

“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice

es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido

de un amo infortunado a quien desastre impío

persiguió, acosó sin dar tregua

hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,

hasta que las endechas de su esperanza

llevaron sólo esa carga melancólica

de ‘Nunca, nunca más’.”


Mas el Cuervo arrancó todavía

de mis tristes fantasías una sonrisa;

acerqué un mullido asiento

frente al pájaro, el busto y la puerta;

y entonces, hundiéndome en el terciopelo,

empecé a enlazar una fantasía con otra,

pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,

lo que este torvo, desgarbado, hórrido,

flaco y ominoso pájaro de antaño

quería decir granzando: “Nunca más.”


En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,

frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,

quemaban hasta el fondo de mi pecho.

Esto y más, sentado, adivinaba,

con la cabeza reclinada

en el aterciopelado forro del cojín

acariciado por la luz de la lámpara;

en el forro de terciopelo violeta

acariciado por la luz de la lámpara

¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!


Entonces me pareció que el aire

se tornaba más denso, perfumado

por invisible incensario mecido por serafines

cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.

“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,

por estos ángeles te ha otorgado una tregua,

tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!

¡Apura, oh, apura este dulce nepente

y olvida a tu ausente Leonora!”

Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”


“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!

¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio

enviado por el Tentador, o arrojado

por la tempestad a este refugio desolado e impávido,

a esta desértica tierra encantada,

a este hogar hechizado por el horror!

Profeta, dime, en verdad te lo imploro,

¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?

¡Dime, dime, te imploro!”

Y el cuervo dijo: “Nunca más.”


“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!

¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!

¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,

ese Dios que adoramos tú y yo,

dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén

tendrá en sus brazos a una santa doncella

llamada por los ángeles Leonora,

tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen

llamada por los ángeles Leonora!”

Y el cuervo dijo: “Nunca más.”


“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida

pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.

¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.

No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira

que profirió tu espíritu!

Deja mi soledad intacta.

Abandona el busto del dintel de mi puerta.

Aparta tu pico de mi corazón

y tu figura del dintel de mi puerta.

Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”


Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.

Aún sigue posado, aún sigue posado

en el pálido busto de Palas.

en el dintel de la puerta de mi cuarto.

Y sus ojos tienen la apariencia

de los de un demonio que está soñando.

Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama

tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,

del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,

no podrá liberarse. ¡Nunca más!


Imagenes de

AVES EXTRAORDINARIAS EL LENGUAJE DE LOS CUERVOS DOCUMENTAL


Edición: fibproducciones





domingo, 2 de abril de 2023

LA GENTE QUE ME GUSTA - Mario Benedetti

 


LA GENTE QUE ME GUSTA Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado. Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar. Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar. Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales. Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría. Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables. Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó. Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos. Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando se trata de alcanzar objetivos e ideas. Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido. LA GENTE QUE ME GUSTA Texto que se atribuye a Mario Benedetti




sábado, 1 de abril de 2023

Nostalgia, José Santos Chocano

 


Nostalgia, José Santos Chocano

Hace ya diez años 

que recorro el mundo. 

¡He vivido poco! 

¡Me he cansado mucho! 

Quien vive de prisa no vive de veras, 

quien no echa raíces no puede dar frutos. 

Ser río que recorre, ser nube que pasa, 

sin dejar recuerdo ni rastro ninguno, 

es triste y más triste para quien se siente 

nube en lo elevado, río en lo profundo. 


Quisiera ser árbol mejor que ser ave, 

quisiera ser leño mejor que ser humo; 

y al viaje que cansa 

prefiero terruño; 

la ciudad nativa con sus campanarios, 

arcaicos balcones, portales vetustos 

y calles estrechas, como si las casas 

tampoco quisieran separarse mucho... 

Estoy en la orilla 

de un sendero abrupto. 


Miro la serpiente de la carretera 

que en cada montaña da vueltas a un nudo; 

y entonces comprendo que el camino es largo, 

que el terreno es brusco, 

que la cuesta es ardua, 

que el paisaje es mustio... 

¡Señor! ¡Ya me canso de viajar! ¡Ya siento 

nostalgia, ya ansío descansar muy junto 

de los míos!... Todos rodearán mi asiento 

para que les diga mis penas y mis triunfos; 

y yo, a la manera del que recorriera 

un álbum de cromos, contaré con gusto 

las mil y una noches de mis aventuras 

y acabaré en esta frase de infortunio: 

—¡He vivido poco! 

¡Me he cansado mucho!


Nostalgia de su patria, de su casa, de su espacio, de sus amistades y de una vida que ha ido perdiendo a lo largo de muchos años de viajes y conocimiento. El poeta inicia su poema en el que hay desaliento y un cansancio emocional. No tiene que ver con que fuera una vida rica en vivencias, sino que se refiere a las pérdidas de lo que dejó atrás mientras estuvo lejos.

Los dos siguientes versos hablan de lo negativo. El viajar constantemente no significa vivir ya que él mismo, como indican estas palabras, no ha podido formar un hogar debido a su ritmo de vida. Es como si de alguna manera esta imagen le atormentara y lo entristeciera.

En la tercera estrofa el poeta es consciente de lo poco que es y de lo equivocado que estaba cuando creía ser mucho más de lo que era. Echando la vista atrás hace un examen de conciencia de lo vivido y de los frutos que ha tenido.

En la cuarta estrofa el poeta prefiere un lugar donde estar, un espacio donde descansar y poder contemplar. Ya siente que es tiempo de detenerse y conocer lo que le rodea, empaparse de la casa, de las calles que recorren su localidad con sus sonidos, sus gentes, sus olores y sus sabores. Tiene una necesidad de asentarse y de tomar decisiones vitales.

La carretera en forma de serpiente es una metáfora. Un camino difícil tortuoso y con muchos obstáculos y que lo entristece. Hay nuevamente un deseo de volver a casa y estar con los suyos para poder pasar más tiempo con ellos. Y ese deseo no es sólo para poder disfrutar de su presencia, sino también porque quiere tener más tiempo para recordar lo vivido y poder transmitirlo y contarlo a los demás. Como conclusión, la vida es muy corta para poder conocerlo todo y la búsqueda de ese «todo», es muy cansada. Por eso es mejor vivir lo justo y poder compartirlo para recordarlo y para que los demás puedan disfrutarlo y enriquecerse.

Por eso la última frase es importante. El cansancio no es porque haya conocido poco, sino porque la vida es finita, porque no tenemos todo el tiempo del mundo para poder abarcar todo el conocimiento. Pero lo que si tenemos es la capacidad para transmitir lo que sabemos, para que quienes no pueden tener esa oportunidad, sepan lo que hay en otros sitios, lo que se sabe, lo que se conoce y compartirlo.



Tú me gustas total, entera y toda

 Tú me gustas total, entera y toda

Tú me gustas total, entera y toda, no por el fuego de tu pelo húmedo, ni por tus senos de canela tibia, ni el pecado del ritmo en tu cadera. Tú me gustas total, entera y toda, no por tu boca tan intacta al beso, ni por las llamaradas de tu carne que se está calcinando entre tus venas. Tú me gustas total, entera y toda, no porque eres mía y no me perteneces, ni porque la envidia de los demás la siento como si se tratase de mi propia envidia. Tú me gustas total, entera y toda, no porque me la pase junto a ti bebiendome tu aliento, ni rumiando los pedazos de tu amor que tú me miras. Tú me gustas total, entera y toda, por ese olor a carne que tú tienes; olor de carne de mujer que es tuyo, porque nadie más huele así en la tierra. Tú me gustas total, entera y toda, porque ese olor es tuyo y lo encontré para mí. TÚ ME GUSTAS TOTAL, ENTERA Y TODA - CÉSAR DÍAZ MARTÍNEZ